sábado, 4 de agosto de 2012


Estoy yendo a casa 

Has dicho que caería en este lugar, que con los años mis pies no me sostendría.
Has dicho que este lugar me vería con lastima, que quedarme aquí  seria rodar en la miseria.
Oh, has dicho que las balas me mataría, pero estas se han detenido. Mi corazón ha empezado a menguar.

Has dicho que no soportaría la guerra, y puedes creer soy yo quien la dirijo.
Oh, me iré de este lugar para volver a existir. Este es el punto exacto para extender mis alas.

Cariño, el adiós de tu amor fue una herida que ha empezado a sanar. No fue como dijiste, tu herida me segó, pero he bulto a ver y descubrí que no eres el único horizonte. No hay erro más grande que tu injusticia.  Te  he visto volver entre lagrimas, recuerdos y suplicas. Pero estoy yendo a casa, y esta vez no sujetare tus manos.

Has dicho que no debía quedarme, pero haberlo hecho  fue ver mis heridas y con lágrimas he logrado currarlas.
Has dicho que compraría un arma, que me sentaría y tiraría mi vida al vasillo. Puedes creerme una parte de mi lo deseo en algún momento.
Así que he enfrentado la guerra contra mí, y en mi anterior aun sigo luchando porque he descubierto que si nadie lo hace nadie lo hará por mí.
Cariño, ya no puedo odiarte. Eres la mañana lluviosa que he remplazado por un cielo claro y limpio. Necesito volver a casa y aun que has vuelto, esta vez volare solo. 


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